Rosas

Carlos Rivero Sanabria (1864–1915) fue un destacado pintor venezolano de finales del siglo XIX, reconocido por su aporte al realismo académico. Nacido en Caracas, perteneció a la ilustre generación de artistas que incluyó a figuras como Arturo Michelena y Cristóbal Rojas. Su talento temprano le valió una beca del gobierno del presidente Antonio Guzmán Blanco para estudiar en Europa, viaje que emprendió en 1887. Inicialmente asistió a la Real Academia de Bellas Artes de Dresde, en Alemania, bajo la tutela de Erwin Oehme, antes de trasladarse a París para ingresar a la Académie Julian. En Francia, trabajó en el taller de Jean-Paul Laurens junto a sus contemporáneos venezolanos, enfocándose profundamente en el estudio de la figura humana y la composición académica.

Un momento determinante en su carrera ocurrió en 1889, cuando participó en la Exposición Universal de París. Allí exhibió una obra conmovedora titulada Avenir Brisé (Futuro truncado), la cual recibió elogios de la crítica por su maestría técnica y profundidad emocional. El cuadro, que retrata una escena de duelo y potencial perdido, suele ser citado tanto por historiadores del arte como por académicos de la medicina por su representación realista del sufrimiento humano. Durante su estancia europea, Rivero Sanabria también colaboró en proyectos de corte histórico, asistiendo a su maestro Erwin Oehme en una representación a gran escala del Congreso de Angostura.

A su regreso a Venezuela en 1892, la vida y carrera de Rivero Sanabria se vieron drásticamente alteradas por una enfermedad neurológica progresiva que comenzó a paralizar su cuerpo. A pesar del deterioro físico, se mantuvo como un artista activo y resiliente. Pasó de las grandes obras históricas y académicas a formatos más íntimos, centrándose en el retrato y el bodegón. De este periodo destacan el retrato del presidente Joaquín Crespo (1890) para la Universidad de Valencia y el del canónigo José Cortés de Madariaga (1894) para el Concejo Municipal de Caracas. Sus obras tardías, a menudo pequeñas naturalezas muertas de flores y frutas, son celebradas por su "alegría radiante" y ejecución delicada, logradas a pesar de su movilidad limitada.

Rivero Sanabria falleció en Caracas el 25 de octubre de 1915, a los 51 años. Hoy es recordado como un maestro del realismo venezolano cuya trayectoria fue un testimonio de perseverancia ante la adversidad personal. Sus obras forman parte de las colecciones nacionales más importantes, incluyendo la Galería de Arte Nacional (GAN) y el Concejo Municipal de Caracas. Aunque su producción se vio condicionada por la enfermedad, su precisión técnica y su capacidad para capturar la dignidad de sus sujetos —ya sea en grandes retratos históricos o en sencillos bodegones— aseguran su legado perdurable en la historia del arte latinoamericano.